VIGILIA
PASCUAL (RESURRECCIÓN)
GÉNESIS: 1, 1-2, 2
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy
bueno.
En el
principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y caos; y las
tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la
superficie de las aguas.
Dijo
Dios: "Que exista la luz", y la luz existió. Vio Dios que la luz era
buena, y separó la luz de las tinieblas.
Llamó a
la luz "día" y a las tinieblas, "noche". Fue la tarde y la
mañana del primer día.
Dijo
Dios: "Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas aguas de
otras". E hizo Dios una bóveda y separó con ella las aguas de arriba, de
las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios a la bóveda "cielo". Fue la
tarde y la mañana del segundo día.
Dijo
Dios: "Que se junten las aguas de debajo del lo cielo en un solo lugar y
que aparezca el suelo seco". Y así fue. Llamó Dios "tierra" al
suelo seco y "mar" a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno.
Dijo
Dios: "Verdee la tierra con plantas que den semilla y árboles que den
fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra". Y así fue. Brotó de
la tierra hierba verde, que producía semilla, según su especie, y árboles que
daban fruto y llevaban semilla, según su especie. Y vio Dios que era bueno. Fue
la tarde y la mañana del tercer día.
Dijo
Dios: "Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen el día de la
noche, señalen las estaciones, los días y los años, y luzcan en la bóveda del
cielo para iluminar la tierra". Y así fue. Hizo Dios las dos grandes
lumbreras: la lumbrera mayor para regir el día y la menor, para regir la noche;
y también hizo las estrellas. Dios puso las lumbreras en la bóveda del cielo
para iluminar la tierra, para regir el día y la noche, y separar la luz de las
tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del cuarto día.
Dijo
Dios: "Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y revoloteen
sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo". Creó Dios los grandes
animales marinos y los vivientes que en el agua se deslizan y la pueblan, según
su especie. Creó también el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que
era bueno y los bendijo, diciendo:
"Sean
fecundos y multiplíquense; llenen las aguas del mar; que las aves se
multipliquen en la tierra". Fue la tarde y la mañana del quinto día.
Dijo
Dios: "Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales domésticos,
reptiles y fieras, según sus especies". Y así fue. Hizo Dios las fieras,
los animales domésticos y los reptiles, cada uno según su especie. Y vio Dios
que era bueno.
Dijo
Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los
peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal
que se arrastra sobre la tierra".
Y creó
Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los
bendijo Dios y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra
y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser
viviente que se mueve sobre la tierra".
Y dijo
Dios: "He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre
la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto y semilla, para que
les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del
cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran,
también les doy por alimento las verdes plantas". Y así fue. Vio Dios todo
lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto
día.
Así
quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada
su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho.
SALMO 103
R/.. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice
al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de
belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.
Sobre
bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre. Con un vestido de mares
la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R/.
En los
valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas; junto al
arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R/.
Desde tu
cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos; haces brotar
hierba para los ganados y pasto para los que sirven al hombre. R/.
¡Qué
numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra
está llena de tus creaturas. Bendice al Señor, alma mía. R/.
SEGUNDA LECTURA
GÉNESIS: 22, 1-18
El sacrificio de nuestro patriarca abraham.
En aquel
tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham,
Abraham!". Él respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo:
"Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de
Moría y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
Abraham
madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados y a su hijo Isaac,
cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había
indicado. Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus
criados:
"Quédense
aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y
después regresaremos".
Abraham
tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y tomó en su mano
el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre
Abraham: "¡Padre!". Él respondió: "¿Qué quieres, hijo?". El
muchacho contestó: "Ya tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero
para el sacrificio?". Abraham le contestó: "Dios nos dará el cordero
para el sacrificio, hijo mío". Y siguieron caminando juntos.
Cuando
llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y
acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de
la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el
ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: "¡Abraham,
Abraham!". Él contestó: "Aquí estoy". El ángel le dijo: "No
descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios,
porque no le has negado a tu hijo único".
Abraham
levantó los ojos y vio un camero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó
el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por
nombre a aquel sitio "el Señor provee", por lo que aun el día de hoy
se dice: "el monte donde el Señor provee".
El ángel
del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo:
"Juro
por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu
hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas
del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades
enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra,
porque obedeciste a mis palabras.
SALMO 15
El Señor
es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo
siempre presente al Señor y con Él a mi lado, jamás tropezaré. R/.
Por eso
se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no
me abandonarás a la muerte, ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame
el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua
junto a ti. R/.
TERCERA LECTURA
ÉXODO: 14, 15-15, 1
TERCERA LECTURA
ÉXODO: 14, 15-15, 1
Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.
En
aquellos días, dijo el Señor a Moisés: "¿Por qué sigues clamando a mí?
Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende
tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en el mar sin
mojarse. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y
me cubriré de gloria a expensas del faraón y de todo su ejército, de sus canos
y jinetes. Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus
carros y jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor".
El ángel del
Señor, que iba al frente de las huestes de Israel, se colocó tras ellas. Y la
columna de nubes que iba adelante, también se desplazó y se puso a sus
espaldas, entre el campamento de los israelitas y el campamento de los
egipcios. La nube era tinieblas para unos y claridad para otros, y así los
ejércitos no trabaron contacto durante toda la noche.
Moisés
extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un
fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió las aguas. Los israelitas
entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas formaban una muralla a
su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución y toda
la caballería del faraón, sus carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar.
Hacia el
amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo al ejército de los
egipcios y sembró entre ellos el pánico. Trabó las ruedas de sus canos, de
suerte que no avanzaban sino pesadamente. Dijeron entonces los egipcios:
"Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto".
Entonces
el Señor le dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar, para que
vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes". Y
extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas volvieron a su
sitio, de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con ellas, y el Señor
los derribó en medio del mar. Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los
jinetes y a todo el ejército del faraón, que se había metido en el mar para
perseguir a Israel. Ni uno solo se salvó.
Pero los
hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les hacían
muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos
de Egipto. Israel vio a los egipcios, muertos en la orilla del mar. Israel vio
la mano fuerte del Señor sobre los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó
en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel
cantaron este cántico al Señor.
ÉXODO 15
R/. Alabemos al señor por su victoria.
Cantemos
al Señor, sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó en el mar. Mi
fortaleza y mi canto es el Señor, Él es mi salvación; El es mi Dios, y yo lo
alabaré, es el Dios de mis padres, y yo le cantaré. R/
El Señor
es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó en el mar los carros del
faraón y a sus guerreros; ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.
Las olas
los cubrieron, cayeron hasta el fondo, como piedras. Señor, tu diestra brilla
por su fuerza; tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R/.
Tú llevas
a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia, en el lugar
que convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus manos. Tú,
Señor, reinarás para siempre.
CUARTA LECTURA
CUARTA LECTURA
ISAÍAS: 54, 5-14
Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor
"El
que te creó, te tomará por esposa; su nombre es `Señor de los ejércitos'. Tu
redentor es el Santo de Israel; será llamado 'Dios de toda la tierra'. Como a
una mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno
a la esposa de la juventud?, dice tu Dios.
Por un
instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré a tomar. En un
arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero con amor eterno me he
apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor.
Me pasa
ahora como en los días de Noé: entonces juré que las aguas del diluvio no
volverían a cubrir la tierra; ahora juro no enojarme ya contra ti ni volver a
amenazarte. Podrán desaparecer los montes y hundirse las colinas, pero mi amor
por ti no desaparecerá y mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice
el Señor, el que se apiada de ti.
Tú, la
afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He aquí que yo mismo
coloco tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos sobre zafiros; te pondré
almenas de rubí y puertas de esmeralda y murallas de piedras preciosas.
Todos tus
hijos serán discípulos del Señor, y será grande su prosperidad. Serás
consolidada en la justicia.
Destierra
la angustia, pues ya nada tienes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se
acercará a ti".
SALMO 29
R/. Te alabaré, señor, eternamente.
Te
alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me
salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al
Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo
instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la
mañana, el júbilo. R/.
Escúchame,
Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría,
te alabaré por eso eternamente. R/.
QUINTA
LECTURA
ISAÍAS: 55, 1-11
ISAÍAS: 55, 1-11
Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una
alianza perpetua.
Esto dice
el Señor: "Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que
no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar.
¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no
alimenta? Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos sustanciosos.
Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme y vivirán.
Sellaré
con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que hice a David. Como
a él lo puse por testigo ante los pueblos, como príncipe y soberano de las
naciones, así tú reunirás a un pueblo desconocido, y las naciones que no te
conocían acudirán a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel,
que te ha honrado.
Busquen
al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca; que el
malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que regrese al Señor, y
Él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis
pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis
caminos. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis
caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos.
Como
bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar
la tierra, de fecundarla y hacerla germinar a fin de que dé semilla para
sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a
mi sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión".
ISAÍAS 12
R/. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor
es mi Dios y salvador: con Él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi
protección y mi fuerza, y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la
fuente de salvación. R/.
Den
gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. R/.
Alaben al
Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos,
habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R/.
SEXTA
LECTURA
BARUC: 3, 9-15. 32-4, 4
BARUC: 3, 9-15. 32-4, 4
Sigue el camino que te conduce a la luz del Señor.
Escucha,
Israel, los mandatos de vida, presta oído para que adquieras prudencia. ¿A qué
se debe, Israel, y que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra
extranjera, que te hayas contaminado por el trato con los muertos, que te veas
contado entre los que descienden al abismo?
Es que
abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los senderos de
Dios, habitarías en paz eternamente.
Aprende
dónde están la prudencia, la inteligencia y la energía, así aprenderás dónde se
encuentra el secreto de vivir larga vida, y dónde la luz de los ojos y la paz.
¿Quién es el que halló el lugar de la sabiduría y tuvo acceso a sus tesoros? El
que todo lo sabe, la conoce; con su inteligencia la ha escudriñado. El que
cimentó la tierra para todos los tiempos, y la pobló de animales cuadrúpedos;
el que envía la luz, y ella va, la llama, y temblorosa le obedece; llama a los
astros, que brillan jubilosos en sus puestos de guardia, y ellos le responden:
"Aquí estamos", y refulgen gozosos para aquel que los hizo. Él es
nuestro Dios y no hay otro como Él; El ha escudriñado los caminos de la
sabiduría y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su predilecto. Después de
esto, ella apareció en el mundo y convivió con los hombres.
La
sabiduría es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna; los
que la guardan, vivirán; los que la abandonan, morirán.
Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la
claridad de su luz; no entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo
extranjero. Bienaventurados nosotros, Israel, porque lo que agrada al Señor nos
ha sido revelado.
SALMO 18
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley
del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las
palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los
mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los
preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La
voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor son
verdaderos y enteramente justos. R/.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor, y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.
SÉPTIMA LECTURA
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor, y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.
SÉPTIMA LECTURA
EZEQUIEL: 36, 16-28
Los rociaré con agua pura y les daré un corazón
nuevo
En aquel
tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos: "Hijo de
hombre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon
con su conducta y con sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis ojos.
Entonces descargué mi furor contra ellos, por la sangre que habían derramado en
el país y por haberlo profanado con sus idolatrías. Los dispersé entre las
naciones y anduvieron errantes por todas las tierras. Los juzgué según su
conducta, según sus acciones los sentencié. Y en las naciones a las que se
fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo que de ellos se dijera: `Éste
es el pueblo del Señor, y ha tenido que salir de su tierra'.
Pero, por
mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las naciones a donde
llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa de Israel: 'Esto dice el
Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel. Yo mismo mostraré la santidad de
mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre las naciones. Entonces ellas
reconocerán que yo soy el Señor, cuando, por medio de ustedes les haga ver mi
santidad.
Los
sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los países y los
llevaré a su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los
purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías.
Les daré
un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el
corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu y
los haré vivir según mis preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos.
Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré
su Dios'".
SALMOS 41 Y 42
R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el
venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios
mío. R/.
Del Dios
que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su
templo? R/.
Recuerdo
cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos, alabanzas a Dios. R/.
Envíame,
Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte
santo me conduzcan, allí donde tú habitas. R/.
Al altar
del Señor me acercaré al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré
gracias al compás de la cítara. R/.
O bien, cuando hay bautizos:
ISAÍAS 12
R/. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor
es mi Dios y salvador, con Él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi
protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la
fuente de salvación. R/.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a
los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime. R/.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R/.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R/.
O bien:
SALMO 50
R/. Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Crea en
mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No
me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Devuélveme
tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa. Enseñaré a los
descarriados tus caminos y volverán a ti los pecadores. R/.
Tú,
Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no
te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú
nunca lo desprecias. R/.
EPÍSTOLA
ROMANOS: 6, 3-11
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya
no morirá nunca.
Hermanos:
¿no saben ustedes que todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por
medio del bautismo, hemos sido incorporados a Él en su muerte?
En
efecto, por el bautismo finillos sepultados con Él en su muerte, para que, así
como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros llevemos una vida nueva.
Porque, si
hemos estado íntimamente unidos a Él por una muerte semejante a la suya,
también lo estaremos en su resurrección. Sabemos que nuestro hombre viejo fue
crucificado con Cristo, para que el cuerpo del pecado quedara destruido, a fin
de que ya no sirvamos al pecado, pues el que ha muerto queda libre del pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos
seguros de que también viviremos con Él; pues sabemos que Cristo, una vez
resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio
sobre Él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al
resucitar, vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al
pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
SALMO 117
R/. Aleluya, aleluya.
Te damos
gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la
casa de Israel: "Su misericordia es eterna'. R/.
La
diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No
moriré, continuaré viviendo, para contar lo que el Señor ha hecho. R/.
La piedra
que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de
la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
SAN MARCOS: 16, 1-7
Jesús de Nazaret, que fue crucificado, resucitó.
Transcurrido
el sábado, María Magdalena, María (la madre de Santiago) y Salomé, compraron
perfumes para ir a embalsamar a Jesús. Muy de madrugada, el primer día de la
semana, a la salida del sol, se dirigieron al sepulcro. Por el camino se decían
unas a otras: "¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del
sepulcro?". Al llegar, vieron que la piedra ya estaba quitada, a pesar de
ser muy grande.
Entraron
en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica blanca, sentado en
el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les dijo: "No se
espanten. Buscan a Jesús de Nazaret el que fue crucificado. No está aquí; ha
resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a decirles a sus
discípulos y a Pedro: 'El irá delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como
Él les dijo'".
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