JUEVES: DE X SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
2 CORINTIOS: 3, 15-4, 1. 3-6
Dios ha hecho brillar su luz en nuestros corazones,
para dar a conocer el resplandor de su gloria.
Hermanos:
Hasta el día de hoy, siempre que se leen los libros de Moisés, un velo está
puesto sobre el corazón de los israelitas. Pero cuando se conviertan al Señor,
se les quitará el velo. Porque el Señor es Espíritu y donde está el Espíritu
del Señor, ahí hay libertad. En cambio, nosotros, que con el rostro descubierto
reflejamos la gloria del Señor como un espejo, nos vamos transformando en su
imagen, cada vez más gloriosa, conforme a la acción del Espíritu del Señor.
Por esto,
encargados, por misericordia de Dios, del ministerio de la predicación, no
desfallecemos. Y si nuestro Evangelio permanece velado, eso es solamente para
los que se pierden, pues por su incredulidad, el dios de este mundo les ha
cegado el entendimiento, para que no vean el resplandor glorioso del Evangelio
de Cristo, que es imagen de Dios.
Porque no
nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor, y nos
presentamos como servidores de ustedes, por Jesús. Pues el mismo Dios que dijo:
Brille la luz en medio de las tinieblas, es el que ha hecho brillar su luz en
nuestros corazones, para dar a conocer el resplandor de la gloria de Dios, que
se manifiesta en el rostro de Cristo.
SALMO 84
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La
misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la
fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo R/.
Cuando el
Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le
abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
SAN MATEO: 5, 20-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído
que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el
tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado
también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el
tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de
castigo.
Por lo
tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo
de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar
y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu
ofrenda.
Arréglate
pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te
entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no
saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".
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